Leo esta mañana que el tiempo libre ha muerto o que está camino de hacerlo, que cada vez nos gusta más decir que estamos hasta arriba de trabajo y nos preocupa mucho afirmar lo contrario. Parece ser que cuanto más ocupado estás y más cosas haces, subes un peldaño respecto al tipo que tienes al lado que ayer tuvo la tarde libre después de meses.
Todos sabemos que tenemos compromisos profesionales, personales, familiares. Nadie dice que cojas y lo dejes todo para montar un chiringo en el Palmar y contemplar como atardece los 365 días del año (lo has pensado ¿verdad truhán?), pero podemos tratar de dejar un espacio un poco mayor al «no hacer nada» y no ser flagelados por no hacerlo. Ahora tenemos a la vuelta de la esquina el fin de semana que puede valer como banco de pruebas y después la Semana Santa para comprobar nuestros avances, si más adelante eres capaz de probar algún día entre semana, podrás ser considerado Mega Maestro nivel 10 en el arte de mirarte el ombligo ¿eso que asoma es pelusilla o un risketo?
– Aprovecha para ir a esa exposición que tantas ganas tienes de ir.
– No vayas a esa exposición que aún quedan un par de meses y tómate unas cañas por Huertas.
– Sal a la calle y deja pasar las horas en una terraza donde pongan los tercios de Mahou helados.
– Enciende la Play y dedica un par de horas a aniquilar a todo bicho viviente desde la tranquilidad de tu sofá.
– Despiértate tarde y que el desayuno se junte con el aperitivo.
– Madruga y tómate un chocolate con churros de esos que saben a cuando eras pequeño.
– Viaja al otro lado del mundo.
– Quédate y descubre sitios que creías conocer.
– Visita esa ciudad llena de puntos de interés y hazte con todos.
– Visita esa ciudad y no veas nada de lo que dicen que hay que ver.
– Haz submarinismo, kite, corre por la playa.
– Quédate en la toalla y hazte fuerte hasta que abra el chiringuito por la tarde.
– Lee ese libro que tanto se te resiste.
– Haz como que no lees el Cuore y sus ¡argh!
– Duerme una siesta de esas que dejan babilla en la almohada.
– Vete a comer con tu gente y alarga la sobremesa hasta que en ese garito enciendan las luces para que marches a casa de madrugada.
– Aprovecha el tiempo haciendo cosas.
– Aprovecha el tiempo no haciendo nada.
Como le decía Cansado a Faemino «¿qué haces Velázquez?», «aquí, tocándome los huevos».