Habéis oído hablar del mercado de San Antón, su amplia variedad de todo a precios un poco elevados, sus puestos con pescados y carnes dignas de pasarela, sus tapas de mírame y no me comas ¿no? sabéis a que sitio me refiero ¿verdad? perfecto, porque un poco más arriba, en la acera de enfrente está el restaurante del que me gustaría hablar: el Rice Bar La Bomba.
Según entras una pequeña barra para tomar esa primera cerveza/vino que merece cualquier buena comida (el cocktail de bienvenida de las buenas veladas gastronómicas, del que hablaré pronto del que ya he hablado) y al lado un pequeño salón (pequeño quiere decir que reserves mejor antes de ir porque entran como 20 personas) te espera.
Os hablaría de su carta pero fuimos perezosos y decidimos que eligiesen por nosotros y la verdad que acertaron. Nos hablaron de dos/tres entrantes pero como somos así decidimos que fuesen cuatro, eso si, regados con una dos botellas de cava. Primero la ensaladilla de la que hablaban maravillas (estaba muy rica, pero son tantas las mejores ensaladillas de Madrid que tampoco fue extraordinaria). Después los ganadores de la velada: ostras diablo (recordarlas trae grandes recuerdos) y tartar de salmón (slurp, slurp) para rematar con butifarra blanca de los hermanos Rovira que despertaron discrepancias entre los comensales (yo un poco a favor).
Y ahora pasamos a los arroces, la especialidad del local (¿alguien dudaba con ese nombre?). Nos sacaron dos tipos y acertaron en ambos: arroz con bogavante (sabroso) y arroz con secretos ibéricos en sartén del que me declaro fan absoluto. Para rematar de postre, la pavlona en su versión fría mmmmmmm
Si hay que poner alguna pega, sería el ruido constante por ser un salón tan chiquito y tener al lado una mesa de seis tipos que querían compartir su conversación con el resto de la gente a base de gritos (que tranquilidad cuando marcharon) y la sensación de presión por parte de los camareros de que no hiciésemos sobremesa (no nos dijeron nada pero esas cosas se notan).
Un sitio que merece la pena repetir para confirmar las buenas sensaciones que nos dejó y probar algunas de las cosas que nos dejamos en la carta (después me enteré que tanto las ostras como el tartar de salmón forman parte de la nueva ampliación de la carta para la noche).
¿Con quién ir? con los muchachos, pequeños grupos de amigos ¿por cuánto? entre 35 y 45 euros.
Por cierto, después fuimos a ese mercado molón del que hablaba al principio y nos quisieron meter de rondón en la cuenta un mojito y una Coca-Cola que no habíamos pedido… pues eso