Tag Archives: cenar

Lakasa: a la segunda vencieron

13 May

Apetecible velada

Dicen que la primera impresión es la que cuenta, menos mal que no me hice caso.

Debo de reconocer que la primera visita que hicimos a Lakasa (Raimundo Fernández Villaverde 26, Madriz) no fue lo esperado, tal vez leímos mucho sobre ese local que no llevaba mucho abierto y del que todo el mundo hablaba maravillas y fuimos hipermotivados (eso que llaman un hype) y es bastante posible que nuestra elección de los platos no fuese la adecuada, que los astros se alineasen malamente o vete tú a saber que, pero salimos bastantes tibios del sitio ¿eso era todo?, y ahí lo dejamos. Seguir leyendo

El Escaparate: honestidad brutal

27 Feb

carne y punto

Puede que pases al lado El Escaparate (María Panés 6, Madriz) y no te des ni cuenta de lo que ahí dentro se esconde: pocas mesas, no abre los fines de semana y para las cenas es necesario reservar antes.

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La Lechería: un cuento antes de Navidad

4 Dic

La Lechería al anochecer

El Cuento de la Lecher(í)a

«Érase una vez hace ya algunos años un grupo de amigos un fin de semana en León. Tocaba empezar a disfrutar y la mejor forma era hacerlo en forma de estupenda cena, así que dirigidos por uno de ellos que de esos menesteres y esa tierra sabía más que mucho, se plantaron en La Lechería, una Posada Real en Val de San Lorenzo, en plena maragatería. La noche era fría pero las luces de la calle daban sensación de calidez y una pizca de magia.

Entraron los amigos con más hambre que vergüenza (de lo segundo algunos siempre han tenido más bien poca) y se sentaron en la mesa redonda por donde desfilaría durante unas horas, un menú largo y rico, acompañado del primer contacto de algunos con los vinos del Bierzo (denominación de origen que después se volvería un fijo en las preferencias de todos ellos).

Según transcurría la cena a dos carrillos, entre chascarrillos y cacharrillos, uno de ellos (soltero de serie) tal vez influido por el ambiente o por el cuarto vino que caía, se imagino allí, acompañado de una estupenda mujer (puestos a pedir) pasando un fin de semana de esos que los románticos llaman románticos y el resto también. Sería en invierno, pasearían por las calles del pueblo al anochecer, tomarían algo en el pequeño bar del pueblo, amanecería el día frío y despejado, amanecerían juntos para compartir calor y…

Cuando se quiso dar cuenta el vigésimo séptimo brindis le saco de su mundo y le devolvió a la mesa y él tan feliz.

Pasaron los años y nuestro soñador, recién casado con una estupenda mujer (se cumplió lo que pidió) y buscando un fin de semana para desconectar, propuso volver a ese sitio que hace años decidió que tendría que volver. Al llegar les esperaban esas farolas cálidas y mágicas que tan bien recordaba.

Vivieron ese paseo al anochecer, esos vinos en el bar del pueblo, una cena inolvidable: coca con boletus y foie que les puso los pelos como escarpías, garbanzos fritos con gambas de llorar, cochinillo deshuesado que aún recuerdan con alegría por su increíble textura y todo ello acompañado, como no, de vino del Bierzo. Disfrutaron de la hospitalidad de María y Rubén, de sus desayunos caseros que hacían que el despertar fuera despacio y a gustito, de Quintanilla y la soledad bonita de sus calles, de Astorga con su chocolate y cecina (juntos pero no revueltos), de silencios cómodos, de mantas que a unos pican y otro no, de hacer realidad ese cuento de La Lecher(í)a que dejo de ser sueño para hacerse realidad, una increíble realidad».

la lechería al amanecer

El Quinto Vino: si me pierdo, buscadme aquí

23 Mar

Porque ya lo dice el dicho: no hay quinto malo y en este caso concreto, es muy bueno.

El Quinto Vino, taberna de aquí de Madriz (Hernani 48), famosa por sus croquetas (sin ir más lejos el pasado viernes Diego Guerrero las escogió como las mejores de Madrid en El País) pero con muchas más cosas para elegir igual de buenas (incluso algunos piensan que mejores).

Nada más entrar te das cuenta que estás en un pequeño templo del vino, rodeado de cientos de botellas como decoración principal. A la izquierda las mesas (donde es muy conveniente llamar para reservar) y a la derecha la barra. La posibilidad de tomar vinos por copas es muy grande (alrededor de 20 referencias entre blancos, tintos, rosados…) y si prefieres elegir botella, que te dejen la carta de vinos… IMPRESIONANTE.

¿Ya tienes tu copa de vino en la mano? pues ahora empieza a escoger entre sus deliciosas empanadillas de puerro y jamón, las migas, el pisto, el rabo de toro, las croquetas de choco, las albóndigas de ternera, los medallones de solomillo, un platito de jamón, cecina, remata con una tabla de quesos y finaliza con su increíble tarta de queso con confitura de… eso tendrás que adivinarlo (aquí es donde te recomiendo que pidas un vino dulce para acompañar… déjate aconsejar y no saldrás defraudado)

Y por supuesto, el corazón de este lugar con alma de vino son las personas que allí trabajan, profesionales de toda la vida que saben cuando tu copa está vacía, cuando aportar en una conversación o cuando permanecer en un discreto segundo plano: Juan y Salva detrás de la barra, Rafa y Jose en la mesas y el jefe de todo esto, Luis.

¿Con quién ir? con amigos, familia ¿por cuánto? entre 25 y 35 euros

Si algún día no aparezco a la hora de cenar, buscadme allí.

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