Se respira un ambiente triste en la pequeña pantalla de la sala 2 de los Renoir de Cuatro Caminos. Ryan se siente incapaz de sonreir a pesar de haber sido salvado por el mismísimo Tom Hanks que sobrevive a Omaha Beach pero no puede con esto. Batman mira a Joker y ninguno de los dos ve dónde cojones está la gracia, Bane de fondo dice algo que nadie entiende. El Woody Allen de Desmontando a Harry perdona al de Celebrity porque ninguno de los dos es capaz de hacer reír. Harry, Hermione y Ron se sientan junto a Voldemort sin saber qué hechizo romperá este maleficio. Los Coen reúnen a sus chicos en Fargo y no tiene ni idea que decirles, por una vez no hay diálogos entre ellos. Benjamin Button es incapaz de retrasar el reloj que por desgracia avanza cruelmente hacia el final. Darín siente que esta vez el estafado es él. Atardece por última vez en Brokeback Mountain…
En ese momento Peppy Miller guiña un ojo a George Valentin, sin palabras, los dos saben perfectamente qué hay que hacer: «There is one thing we could try. Trust me», sale sobreimpreso en la pantalla. La música empieza a sonar, cada vez más alta sacando del letargo a todos. Éste no puede ser el final, lo saben, seguirán ahí, haciendo reir, llorar y disfrutar a todos los que un día tuvimos la suerte de sentarnos en una butaca de ese cine de nuestra vida que hoy nos dice adiós.
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