Archivo | julio, 2013

*S,C,P,F Academy para padres

24 Jul

– Hola, quería comentaros una cosa.

– Dinos.

– Sabéis que me encanta la publicidad, aún no he acabado la carrera pero acaba de salir una oportunidad estupenda.

– …

– Resulta que SCPF, una de las mejores agencias de España busca gente para enseñarles a trabajar de forma real en una agencia.

– ¿En serio? ¿te ofrecen un puesto como becario?

– No, no es eso, son prácticas dentro de esa agencia lo más realistas posibles. Con clientes de verdad…

– Entonces vas a trabajar ¿no? ¿Te van a pagar algo?

– Noooooo. En serio. Son 10 meses en los que puedo aprender mucho porque voy a estar rodeado de profesionales.

– Así que no te van a pagar… lo de este país es de coña, no pagan ni a los becarios. En fin, al menos es una oportunidad.

– La verdad es que sí, trabajaría con Toni Segarra…

– ¿El cantante de los Rebeldes? no me lo puedo creer. ¿Cuánta gente que se dedica a trabajar en publicidad canta? es como el del Pingüino ese…

– ¡Que nooo! TONI SEGARRA! un pedazo de creativo de la vieja escuela que hace años montó una agencia por su cuenta y son la leche. Son los de «¿te gusta conducir?» y hacen la publi de IKEA.

– Me encanta ese anuncio «¿te gusta conducir?» así, sacando la manita…

– Pues es ese…

– Bueno hijo, si crees que es una oportunidad y crees que vas a poder acabar los estudios, estupendo… aunque a mi eso de que no te paguen nada.

– Es que hay una cosa más…

– …

– Son 20.000 euros.

– ¿Cómo? ¿qué son 20.000 euros?

– Lo que cuesta.

– ¿Vas a pagar por trabajar?

– ¡Qué no es eso! voy a demostrar que valgo y así empiezo a meterme de verdad en el mundo de la publicidad, a trabajar con gente buena, ver procesos creativos…

– Llámalo como quieras pero para mi es pagar por trabajar… Además 20.000 euros ahora ¿pero tú sabes lo que cuesta ganar eso?

– Es como un máster, es aprender de verdad la profesión…

– Así que pagas para que al final te den un puesto de a saber que…

– No…

– ¿No qué?

– Que no te aseguran que después vayas a currar allí.

– No me jo…

– Buscan a gente con talento y si puedo destacar ese puedo ser yo…

– ¡Buscan a gente que tenga 20.000 euros!

– En serio que es una oportunidad.

– Mira hijo, ahora mismo estamos de dinero justos pero de todas formas todo esto es muy raro.

– Sabía que no lo ibais a entender…

– La verdad es que no… ¿por qué no mandas tu curriculum a la agencia esa donde trabaja el novio de tu prima?… ya te dijo que podías hacer prácticas este verano.

– No es lo mismo, ellos tienen una forma de trabajar que mola

– Lo siento hijo, ahora lo vemos difícil.

– Pues nada…

– No te pongas así, seguro que algo sale.

– Seguro…

– Que carilla se le ha quedado al pobre. Yo no sé muy bien que les van a enseñar allí, pero faltaría ya, que pagues por trabajar. De todas formas, Segarra me gustaba más cuando cantaba eso de «bajo la luz de la luuuuna».

La Manduca de Azagra: la huerta navarra de Chamberí

16 Jul

me importa este pimiento«Tenemos las primeras pochas de la temporada, las han traído hoy mismo». Esta sencilla frase resume a la perfección la filosofía de La Manduca de Azagra (Sagasta 14, Madriz), un restaurante navarro donde mandan las estaciones sobre el producto y no al revés. Si llegas una semana antes tendrás las últimas alcachofas del año, días después serán los espárragos los que manden, así da gusto comer verduras.

Al entrar el diseño del espacio manda y puedes pensar que el trato va a ser serio pero frío, olvídate porque aquí la sonrisa la cultivan todo el año. Un servicio profesional pero cercano y unos dueños que después de las (estupendas) recomendaciones y tomarte nota empiezas a confundir con alguien de tu familia (¿no era la primera vez que veníamos?).

Llegan los platos con raciones más que generosas: la ensaladilla que hace la suegra que si pudieses la abrazarías, unos impresionantes e imprescindibles pimientos cristal, las benditas pochas que te reconcilian con los platos de cuchara para años, una ventresca de bonito estupenda y unas torrijas que hacen que esa semana sea santa.

Con la imprescindible sobremesa llegamos a la conclusión de que habrá que volver con el cambio de estación para disfrutar de lo que toque: echaremos de menos las pochas pero seguro que las alcachofas nos ayudarán a olvidarlas, aunque sea un poquitín.

Y pensar que de pequeño odiaba la verdura.

¿Con quién ir? amantes de lo verde o para darse un homenaje de esos buenos ¿por cuánto? de 50 a 60 euros con raciones de verdad.

Después de Antes

11 Jul

Ethan Hawke Julie DelpyAmaneció en Viena. Atardeció en París. Anocheció al sur del Peloponeso.

Brindemos por estar de paso.

Santiago Ruiz: un blanco con historia

4 Jul

Santiago Ruiz rico

La primera vez que probé el Santiago Ruiz fue en El Quinto Vino. Yo era joven y trataba de engatusar a una señorita con mis escasos conocimientos de vino: ella quería blanco y yo quería liarme con ella. Aprovechando mi buena relación con los camareros (que siempre me han asesorado de maravilla) les dije que le pusiesen algo diferente y así apareció por primera vez. La historia con la chica acabó pronto, pero la mía con este vino acababa de empezar.

Pasó el tiempo. Hasta entonces, los blancos eran ese vino fresquito que siempre pedías afrutado y que servía de excusa para no empezar directamente con el tinto: eso empezaba a cambiar. Cuando había que tener un detalle con la anfitriona de una fiesta que prefería blanco, allí que me plantaba con este vino para demostrar que había mucho por descubrir. Era inevitable que la gente se fijase en su etiqueta dibujada a mano y era aún más inevitable que les contase la historia que se escondía detrás de ese diseño por enésima vez (se hubiesen evitado mi charla mirando en la parte de atrás de la botella, ilusos).

Saltamos en el tiempo unos cuantos años: estamos con los preparativos de nuestra boda y encargamos la invitación a Gema de El Tarro de Ideas. Ella, además de gran amiga, es un artista de lo «hecho a mano» y así es como queremos nuestra invitación. Nos plantea escribir directamente el texto, sin tipografías y acompañarlo de dibujos. Le comento que hay un mapa en una botella de vino que siempre me ha encantado que podría ser una referencia, vemos juntos la etiqueta y responde que perfecto, que eso es lo que ella imaginaba.

Llegamos a mayo de este año, recibo en casa una botella de Santiago Ruiz junto a otras de Bodegas Lan para catar y no me lo puedo creer: este blanco ha vuelto a entrar en casa por la puerta grande.

Cumplo los 40 hace unos días y decido que es el mejor momento para abrir esa botella, con la mejor compañía posible, además empieza el calor y apetece una comida con un vino blanco que acompañe de principio a fin. Damos buena cuenta de ella junto a brindis de esos que se cumplen.

Y llegamos a hoy y pienso que aún nos quedan muchas cosas por vivir, vinos por beber y brindis por hacer. Al fin y al cabo, nos gustan las historias con final feliz.

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