Archivo | noviembre, 2012

Burgos: 2 estaciones y 5 paradas

28 Nov

Dicen que en Burgos no hay más que dos estaciones: el invierno y la estación de ferrocarril. Viendo nevar hoy puede que no sea tan exagerado el dicho popular, así que habrá que hacer algo para calentar el espíritu ya que del cuerpo se ocupan los abrigos, gorros, guantes, bufandas y demás.

Parece que refresca, así que hagamos un recorrido de esos que se van animando según cumples etapas:

Empecemos por  El Polvorilla (Plaza de la Libertad, 9) pidiendo un Caribe  (mango, micuit y flameado de azúcar moreno) acompañado de una Mahou fresquita (por eso de equilibrar temperaturas) ¿qué te apetece otra cosita? Mar y Tierra puede ser la opción (Vinagreta con una ensaladilla de bogavante y langostino) o mira la barra que parece que por opciones no va a ser.

!Ala! toca volver a ponerse los abrigos aunque creo que de momento el gorro sobra. Vamos para el clásico entre los clásicos: el Pancho (San Lorenzo, 15). Busca hueco al fondo que parece que hay sitio y vuelve a desmontar el campamento que llevas por ropa de abrigo. Frótate la manos y pide a uno de sus ¡seis camareros en barra!, el pincho burgalés por excelencia: el cojonudo (chorizo picante, huevo de codorniz y pimiento) o su variante la cojonuda (aquí la prota es la morcilla ¿de dónde? de Burgos). También puedes cambiar de palo y pedirte un tigre (un mejillón relleno que está rico-rico) con sus gotitas de jerez.

Seguimos entrando en calor, decidimos cambiar de tercio y pasar por un sitio de apariencia un poco cutre pero con unas bravas en su interior que merecen mucho la pena (con el paso del tiempo he descubierto que el tema de las bravas y como deben ser va por barrios). La Mejillonera (Paloma, 33), ese sitio donde sales casi con el mismo dinero que con el que entraste, pero con el saborcito rico de las patatas que acabas de comer y esa misteriosa salsa que tan buena estaba.

Ahora apetece un vino rico acompañado de una tapa buena, pues a escasos metros tenemos el Rimbombin (Sombrerería, 6) con alrededor de 20 referencias de vinos por copas y una barra de esas que ponen para que repitas y repitas y repitas… ¿dudas? su alpargata es un acierto fijo que te dejará más que feliz.

Parece que ya casi no hace ni frío, así que un paseito para rematar en «la Barra» con mayúsculas: la Favorita (Avellanos, 8). Aquí es dónde hay que satisfacer  todos los antojos que han ido apareciendo por el camino y saber que tu pincho va a estar bueno, pero el que elija tu amigo va a estar mejor seguro. Déjate llevar y si ves el cucurucho de mejillón, lánzate a por él, o tal vez prefieras su foie fresco ¡adelante!, ¿quieres probar su cocktail de cecina y tomate fresco? ¡a por ello! o el pincho ese que acaban de sacar que tiene pintón y pedirás aunque no tengas ni idea de que demonios contiene… acertarás fijo. Mención aparte merece dejarte un huequecito para compartir entre todos sus increíbles mollejas a la brasa: las mejores que he probado en mucho tiempo y que merecen los 25 minutos que tardan en prepararlas.

Sales a la calle y parece que sobran los guantes, la bufanda, el gorro y te dejas el abrigo para que nadie piense que estás loco. Volvamos dando un paseo que parece que se ha quedado un día estupendo.


¿Cómo están ustedes? tristes

19 Nov

«Navegar sin temor
en el mar es lo mejor,
no hay razón de ponerse a temblar.
Y si viene negra tempestad
reír y remar y cantar.»

Rodilleras en el pantalón de pana y coderas en el jersey que picaba. Un flequillo rebelde acompañado del molinillo que mi madre nunca fue capaz de domar (se fue solito sabiendo que nadie pudo jamás con él). Cara de bicho (eso al menos me decían) y me imagino que ojos como platos el día que el cole nos llevó a ver a los Payasos de la Tele (creo que nunca me porté mejor para que me dejasen ir a una excursión). Todos en fila por los pasillos de los estudios donde se grababa el programa, una puerta que se abre y ¡sorpresa! el sufrido señor Chinarro se encuentra con decenas de niños que gritan su nombre y al pobre no le queda más remedio que sonreir y poner cara de bueno porque todos sabíamos que en un rato Gabi, Miliki, Fofito y Milikito se lo iban a hacer pasar canutas (a Fofó nunca le vi, me pilló aún más niño). El programa grabado a partes y con un orden extraño que nada tenía que ver con lo que después vimos en la tele. ¿De que iba la historia de aquel día? casi ni me acuerdo, aunque giraba en torno a un resfriado, estornudos y demás desastres. Lo que si recuerdo perfectamente fue el momento final, cuando a todos los niños que allí estábamos nos hicieron lanzar los abrigos al aire en el momento en el que Miliki estornudaba a la hora de despedir el programa: abrigos que volaron por los aires lanzados por los niños que una vez fuimos y que ahora caen en manos de los adultos que creemos ser y que deben esa y cientos de sonrisas a alguien como él.

Creo que esta ha sido la primera y única vez que me has puesto triste Miliki.

De uno de tus niños de treinta y tantos años.

Martes y 13 en la cocina

13 Nov

Este post no va de las empanadillas de Móstoles, pero casi. Va de 13 maldiciones que te puedes encontrar a la vuelta de cualquier bar de tapas, gastrobar o restaurante que se considere molón y son síntomas inequívocos de mala suerte:

1) La cabra representa al anticristo:  su leche en forma de rulo se usa hasta el infinito en canapés, ensaladas, filetes, foie, pinchos, otros pinchos, más pinchos…

2) La dulce cebolla que hace llorar: si algo no tiene excesivo sabor metamos un poquito de cebolla caramelizada por aquí, otro poquitín por allá y hasta en el postre, que le da un toquecillo diferente a todo.

3) La increíbles mini hamburguesas crecientes: abres la carta y las hay a decenas ¿a decenas? ¡que dices! a cientos… me quedo corto ¡a miles! con interminables e inimaginables combinaciones que superan la imaginación del más osado.

4) El buey que se multiplica: ¿en serio hay tanto buey en España para tanto entrecot, hamburguesa, carpaccio, chuleta o steak tartar?

5) La multiplicación de los panes y los peces atunes ¿rojos?: el pescado que cambia de color una vez lo ponen en la mesa.

6) El agua que se convierte en vino y el vino que se convierte en oro: 2 copas de vino que te cuestan lo que la botella y las sirven que parecen que están vacías.

7) ¡Pan! esto es un atraco: cuatro trozos de pan correoso, unas aceitunas y los cubiertos se pagan aparte, como las maletas de RyanAir.

8) La mesa llena: te traemos lo que habéis pedido de golpe a ver como os organizáis para que os entre todo y no se os enfríe nada ¡pardillos!.

9) El foie que era micuit, el micuit que era paté y el paté que era Apis: todo esto a precio del primero.

10) La reducción de PX: un buen chorretón para juntar el rulo de cabra, la cebolla confitada y el ¿foie?.

11) Soy camarero y no estoy aquí para servirte: pues eso, que te habías creído.

12) Soy camarera y no estoy aquí para servirte: pues eso… y además estoy estupenda.

13) Entrar en un sitio que tengan las 12 primeras y encima haya una actuación en forma de travesti sin gracia… ¡ZAPE!

Jóvenes emprende(d)ones 2: The Hobby Maker

5 Nov

emprendedor, ra.

adj. Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas.

don.

(Del lat. donum).

Gracia especial o habilidad para hacer algo.

Pasan los meses y parece que la cosita sigue regulera, los días grises y los fines de semana lluviosos…  menos mal que siempre hay alguien que se empeña en llevar la contraria. Hoy le toca a The Hobby Maker, una plataforma para emprende(d)ones que ha visto la luz hace unos días.

David siempre ha sido un apasionado de internet como profesión y de la gastronomía como devoción, así que lo mejor que se le ocurrió fue maridar ambas pasiones y darlas forma, así nació The Hobby Maker, «un espacio dedicado a las aficiones donde encontrarás ideas para descubrir cosas nuevas, aprender algo distinto y experimentar con tu tiempo libre», un lugar donde los emprende(d)ones del mundo de la fotografía, del diseño, de la gastronomía, de la moda, pueden compartir sus experiencias en el mundo real con personitas apasionadas como ellos: ver a ese seguidor de tu blog que tanto pincha en «me gusta» o aprender de primera mano a envolver ese regalo de navidad con tu bloguera favorita sentadita a tu lado, talleres donde enseñar lo que nos apetece aprender.

En un momento en el que cuesta ver la luz al final del túnel, da gusto encontrar un lugar con tantas bombillas.

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