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La primera vez que vi este vídeo sonreí: «ese sentido del humor tan cínico de los que nos dedicamos a esto» pensé, «si es que parece que me están leyendo la mente» me decía, «el mundo de la publicidad sólo lo entendemos los que nos dedicamos a esto» concluí…
Lo publiqué en facebook para compartirlo con todos los que sabéis de que va esto con un «me gusta» pero de repente me quedé parado, dude y decidí volver a verlo pero sin esa predisposición a la risa que tenía en un inicio… y ya no me gustó.
Frases como…
– Mi madre me esperaba despierta y me decía «¿sabes que hora es hija?, ¿vas a estar así toda tu vida?»
– Todas las noches cuando llegaba a casa después de estar todo el día fuera , miraba a mi chica, durmiendo, sola…
– Hay fines de semana que los paso en la agencia.
… son una realidad. Lo hemos vivido, superado, padecido y sabemos que volverán. El amor que sentimos hacía esta profesión a la que tanto hemos dado nos ha hecho regalar horas, momentos, pedacitos nuestros a cambio del subidón de una campaña potente, una idea buena, una presentación gloriosa… es inexplicable ¿verdad?
Pero la otra realidad es que es una relación de esas donde uno da mucho y el otro menos.
Ahora, al borde de los 39, tal vez por la edad, mi situación actual, el futuro incierto que tengo delante de mis ojos (una sensación de cosquilleo extraña y fascinante), me he prometido a mi mismo seguir dedicándome a esto con pasión pero con cabeza, aprovechar mejor el tiempo con mi gente, andar un poco más despacio, disfrutar de cada proyecto con ganas aunque sea pequeño pero también de un descanso merecido al acabarlo. No sé si en un futuro me tendré que comer mis palabras pero haré todo lo posible por ser fiel a mi mismo en esta nueva etapa que está empezando y me encantaría compartir contigo… y me gusta.